viernes, 15 de octubre de 2010

Nagoya debe suponer un punto de inflexión en el modelo de desarrollo

En 2002 casi todos los gobiernos del mundo se comprometieron a frenar el actual ritmo de desaparición de la biodiversidad para 2010. Tras comprobar el fracaso de este objetivo por la falta de voluntad política, la Cumbre Mundial de la Biodiversidad, que se celebrará en Nagoya debe suponer un punto de inflexión para alcanzar un compromiso real que permita detener la pérdida de biodiversidad. Esta Cumbre reunirá a gobiernos de todo el mundo, además de a científicos y organizaciones ecologistas, con la finalidad de acordar una nueva Meta y un Plan Estratégico, que hagan posible detener la pérdida de biodiversidad para 2020.

Nos encontramos en un momento trascendental para el futuro del planeta Tierra, por lo que en Nagoya deben aprobarse las medidas necesarias para impedir la destrucción de la biodiversidad, recuperar los procesos y servicios de los ecosistemas, reducir la explotación de los recursos naturales y renunciar al constante crecimiento económico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario