viernes, 29 de octubre de 2010

L A CUMBRE DE NAGOYA SE CIERRA CON UN ACUERDO MUY INSUFICIENTE PARA DETENER LA PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD

La décima cumbre de biodiversidad se ha cerrado esta tarde (madrugada en Japón) sin alcanzar acuerdos concretos en el principal punto de conflicto durante toda la cumbre: la financiación. Las partes no han sido capaces de llegar a un acuerdo definitivo y han aplazado para la próxima cumbre, en India en 2012, el compromiso de cifras concretas.

La cumbre de Nagoya ha llegado hoy a su fin sin definir una fecha concreta para detener la pérdida de biodiversidad. En la misión del Plan Estratégico aprobada definitivamente se hace mención a la necesidad de detener la pérdida de biodiversidad, pero sin señalar una fecha concreta para tal objetivo. Para Ecologistas en Acción, esta indefinición demuestra el claro desinterés de las partes para afrontar el gran reto al que se enfrenta el planeta.

Por otra parte, tampoco se ha podido conseguir el consenso de las partes en lo que a financiación se refiere. Se ha establecido un mecanismo para que los países estipulen sus necesidades económicas para conservar la biodiversidad y acordar mecanismos y cifras concretas a partir de 2012, pero no se han acordado cantidades específicas para comenzar a trabajar.

También se ha alcanzado un acuerdo de mínimos en lo que se refiere al Protocolo sobre Acceso y Participación de los Beneficios (ABS). Los países africanos y el bloque del ALBA han mostrado sus reservas sobre el Protocolo, aunque han aprobado el texto porque, según han asegurado, prefieren un Protocolo débil a nada.

Bajo la apariencia de consenso adoptada en Nagoya se esconde la falta de compromiso de la Comunidad Internacional, en especial de los países ricos, para adoptar medidas que afronten las causas subyacentes de la pérdida de biodiversidad. Los países ricos deberían asumir la enorme deuda ecológica que arrastran por la devastación y usurpación de recursos naturales durante siglos. La evidencia científica llevará, con toda seguridad, en un futuro cercano a reconsiderar los acuerdos de Nagoya y a afrontar con mucha más decisión y compromiso político la tragedia de la pérdida de diversidad biológica.

Ecologistas en Acción considera que estos acuerdos carecen de valor sin unos mecanismos de financiación que aseguren su cumplimiento. Para Jaume Grau, enviado de Ecologistas en Acción en Nagoya, la cumbre “ha sido más un ejercicio de economía que un verdadero esfuerzo para preservar la vida en el planeta” y añade: “los países han ido con la visión de firmar un acuerdo comercial más que con la responsabilidad de enfrentar una realidad acuciante”.

Para Ecologistas en Acción, la cumbre de Nagoya ha supuesto una nueva oportunidad perdida para salvaguardar el futuro de la biodiversidad en la Tierra. La Comunidad Internacional, y en concreto los países desarrollados, se ha demostrado incapaz de asumir la responsabilidad del reto que tenía por delante y ha optado por aplazar la toma de decisiones en un momento que no admite retrasos. Ecologistas en Acción recuerda que detener la pérdida de biodiversidad debe ser una prioridad para los gobiernos dado que en ella reside la posibilidad de un futuro seguro para el planeta.

4 comentarios:

  1. ¿sabes donde se puede conseguir el texto del acuerdo sobre conservación de la biodiversidad marina? Me gustaría ver en qué términos se expresa eso del 10% marino a proteger.

    Un saludo

    Salvador Espada Hinojosa
    salvador.espada@gmail.com

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  2. Mientras los japoneses sigan matando ballenas impunemente, creo que no prosperará ningún acuerdo.

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  3. Con lo fácil que sería plantar árboles para aumentar los años de transición a un sistema energético 100% renovable…
    Con que cada familia en el mundo plantara 100 árboles autóctonos y sólo sobreviviera la mitad, se recuperarían unos 5 millones de kilómetros cuadrados de superficie forestal en el mundo: más de 2/3 partes de la superficie que ocupa la Amazonía hoy día, por poner una comparación clara.
    Yo llevo más de 10.000 árboles plantados desde mi infancia (tengo 28 años) y, aunque muchos se han perdido (obras, pastoreo [las ovejas y cabras se comen los tallos tiernos de los árboles nacientes, de ahí que lo único que yo hago es llevarlos crecidos, como hacen en las campañas anuales de cierta asociación ecologista de Córdoba en la sierra colindante a esta capital, con uno de cuyos miembros tengo relación directa], quema y corte intencionados, etcétera), otros muchos árboles son hoy ya nuevas “pequeñas manchas verdes” en el paisaje.
    Si los movimientos vecinales y ciudadanos en general, asociaciones de madres y padres de alumnos, profesores, etcétera, se implicaran en estas campañas, podríamos hacer que la superficie arbolada fuera en aumento año tras año a un ritmo nada despreciable, con lo que sería “una ayudita más” en este sentido.
    Lo malo es coordinar eso a nivel mundial, cosa que, sinceramente, veo prácticamente imposible a día de hoy, por mucho que nos comuniquemos entre países por medio de redes sociales, chats, servicios de mensajería instantánea y demás sitios y formas.
    Aunque nunca está de más perseverar, insistir, en lo que vemos difícil pero sabemos posible… Si no fuera así, seguiríamos en las cuevas, refugiándonos del tiempo, sin ni siquiera ropa que ponernos.
    Un abrazo.

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